Pies para qué los quiero


Pies para qué los quiero… si tengo chancletas para volar.
Aunque desconozco si Frida Kahlo gustaba de este calzado, pues siempre escondía sus doloridas piernas entre largas faldas, no me puedo imaginar otro mejor para soportar el calor húmedo de Coyoacán. Pero sí reconozco que ver unas chanclas me recuerda al verano, a viajar, a estar en el agua, al olor a flores y barbacoas,a volver de la playa cuando ya ha anochecido. Para mi son las chanclas, pero para otros son las ojotas, o las chinelas, o las romanitas, las que traen recuerdos estivales. Como todo calzado, esconde una buena historia tras de si.

Las chanclas o sayonaras, como las llaman en Perú, tiene su orígen en Japón, aunque otras muchas culturas de la Antigüedad usaron calzados similares. Básicamente, una suela agarrada por dos cintas que pueden ser de plástico, piel o tela que se sujetan entre el dedo gordo y el segundo dedo del pie y a los lados del talón.

En cada país de Latinoamérica se emplea una palabra distinta para denominar este calzado, que se usa prácticamente a diario. Chinelas o chancletas es entendido por todos, pero lo que para un peruano es una sayonara, para un uruguayo son las ojotas, lo que en Cuba es un mete-deos, en Colombia es un tres-puntadas y lo que en Brasil son unas havaianas, en México son unas bulebules. Por eso, si nos entran dudas, lo mejor es pedir solamente por unas sandalias.

Hola! Soy Lorena, nací en Madrid en 1981 de padres uruguayos y abuelos inmigrantes, y ese ir y venir se debió de quedar en mis venas porque me encanta vivir fuera, enfrentarme a otras realidades y culturas y viajar, viajar mucho. También me gusta mucho comunicar, aprender y enseñar otras realidades y saltar barreras así como ayudar a otros , siendo el idioma una de las más altas pero también de las más fáciles de saltar.

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