Estos míticos establecimientos españoles, también denominados por muchos bar de viejos, o bar viejuno tienen algo que a los locales nos pasa desapercibido, y tiene que venir algún amigo extranjero para señalarlo: sus suelos, abarrotados de papelitos, palillos y huesos de aceituna.

Bares con barras de acero inoxidable, amplia selección de licores, carteles de caracteres móviles, precios ajustados. televisión de gran tamaño y a ser posible, a todo volumen, personalidades asistentes, iluminación de neón,  y sus inspiradores servilleteros, alargados o cuadrados, de plástico o metal,  que se encuentran por todos lados, y en cantidad: barra, mesa, encimeras. Contienen unas servilletas de un papel tan fino, casi de monouso, por lo que se requieren muchas más para limpiar las marcas de la cerveza en la mesa, las manos y la boca después de haber picado alguna aceituna o tapita. Osea, que de media, por caña de cerveza que se sirve, se gastan unas tres servilletitas*. A la vista está que no hay papelera que de abasto y por eso, que mejor lugar donde depositarlas que en el suelo, entre nuestros pies.

Debido a este casi inconsciente mecanismo al que nos adaptamos en cuanto cruzamos la puerta de cualquiera de estos míticos lugares (lieux de memorie) y que resulta en dejar el lugar como estercolero. Muchos dicen que un bar con cantidad de servilletas en el suelo quiere decir que es un buen bar, que la gente pasó por él y disfrutó. Una casposidad muy madrileña.

Yo no tengo una opinión al respecto, supongo que esos hábitos no se cuestionan, existen sin más, pero los que vienen de fuera, ¿que pensarán de nuestra higiene de bares ?.

Aqui os propongo unas ruta de los mejores  bares de viejos de Chueca y Malasaña (Madrid), incluyendo:

Bar Los Jiménez, Chueca
Bar El Tigre, Chueca (aqui aclaro que no es tan de viejos, sino más bien de estudiantes o gentes de mala economía, las tapas abundantes y la cerveza mala, pero de visita obligatoria!)
Sidi, Malasaña
Bar Lozano, Malasaña
Palentino, Noviciado

Ojalá tu también experimentes esa misma fascinación por desubicación!