Homenaje a la Tortilla de Patatas


Hoy he escogido uno de los platos más presentes en la gastronomía regional la tortilla de patatas, que se puede encontrar en casi todos los bares y restaurantes de Madrid. Este plato, tan auténticamente español, tiene como base principal la patata, un ingrediente que vino de América. Allí las tortillas también tienen forma redondeada, aunque son en realidad pan de maíz. Un plato interesante desde el punto de vista de la transmutación cultural, donde se convierte en algo típico y nacional habiendo tomado en realidad su nombre y su principal ingrediente de otra cultura.[frame align=”left”]

tortilla de patatas...hmmm

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Si se buscara una única receta de tortilla de patatas, se pueden encontrar tantas variedades como hogares hay. En primer lugar, los ingredientes varían. Dos si son constantes: huevo y patata. Pero los hay que son accesorios: cebolla, , pimiento, chorizo, o guisantes, que ya la convierten en tortilla paisana.

Por otro lado, su proceso de elaboración también depende del cocinero. El grosor de las patatas, que se pueden cortar todas iguales, o sino a trocitos desiguales, como se hace cuando se come una manzana, se puede añadir la cebolla antes que la patata, o después. Unos le añaden muchos huevos, para que quede más esponjosa y densa, se puede dejar solo unos instantes la mezcla de la patata con el huevo, o durante horas, para que se empape bien. Se añade la sal cuando están todos los ingredientes mezclados, o por separado. Se puede dejar hacer más, para que quede más cuajada, o menos, para resultar más mojadita. A unos les gusta más fina y a otros más gruesa, como la tortilla asturiana. Cada maestrillo, su librillo.

Lo que si tiene toda tortilla en común es su forma, redondeada y su superficie brillante. Aunque siempre hay una excepción a la regla como es la versión de Ferrán Adría de tortilla de patatas deconstruida, que se sirve en copa, a modo de sorbete y se come con cuchara.

Yo os presento aquí mi receta, tradicional y deliciosa:
5 patatas grandecitas, peladas, lavadas y cortadas a daditos
1 cebolla pequeña
5 huevos de corral

En una sartén mediana, cubierta con dos dedos de aceite de oliva (imprescindible), caliente, se añade primero la patata y a los 3 minutos la cebolla, tal y como hace mi amigo Mano, a fuego medio. La idea no es que se frían, sino que se ablanden.

En un bol grande batimos los 5 huevos con un chorrito de leche. Cuando las patatas y la cebolla estén listas, se escurren con una espumadera para retirarlas todo el aceite posible, y incorporan al huevo. Ahí se añade la sal (al gusto), se mezcla bien todo y se deja reposar unos 15 minutos.

De la sartén que hemos utilizado para freír las patatas, retiramos casi todo el aceite, y la calentamos ligeramente. Ahí añadimos la mezcla de huevo, patata y cebolla, a fuego medio alto, y le vamos dando con el tenedor por los lados, para que no se pegue, y meneando la sartén con el mismo fin. No revolver (sino haríamos revuelto!). Cuando le demos con el tenedor por los lados, y veamos que está doradita, es el momento de darle la vuelta a la tortilla.

Cogemos un plato del tamaño de la sartén, lo apoyamos encima, y con mucho cuidado y seguridad volcamos la tortilla, que luego incorporamos de nuevo a la sartén por el lado que no está aún hecho. Repetimos la operación, y cuando tenga el color que nos guste, la tortilla está lista!

Se puede comer como pincho, con una rebanadita de pan, o en bocadillo. También deliciosa con ensalada de tomate.¡Que aproveche!

Hola! Soy Lorena, nací en Madrid en 1981 de padres uruguayos y abuelos inmigrantes, y ese ir y venir se debió de quedar en mis venas porque me encanta vivir fuera, enfrentarme a otras realidades y culturas y viajar, viajar mucho. También me gusta mucho comunicar, aprender y enseñar otras realidades y saltar barreras así como ayudar a otros , siendo el idioma una de las más altas pero también de las más fáciles de saltar.

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