Lentejas Estofadas


Hoy os proponemos un suculento y nutritivo plato de invierno, para afrontar el frío de estos meses.

La lenteja es una legumbre con un gran valor nutritivo. Si se combina con arroz, tiene casi el mismo aporte de proteínas que cualquier producto de origen animal. Además, son ricas en vitaminas (B1, B3, B6) y en fibra, por lo que los nutricionistas recomiendan comerlas al menos una vez por semana.

Las lentejas estofadas es un plato típico castellano, y como no, tiene que llevar algo de carne o embutido. En mi caso, yo siempre y sólo le añado chorizo, aunque hay a quien le gusta con costillitas de cerdo, jamón o incluso morcilla. Las lentejas, sobre todo la rubia de la Armunia (con denominación de origen) o la pardina son muy saborosas, y también se pueden preparar como un plato vegetariano, con puerro, cebolla y zanahoria.

Para la preparación se recomienda poner las lentejas en remojo la noche anterior, cuestión de que se ablanden, se limpien y eliminen algo del almidón.

Ingredientes -para 2 personas-:
200 gr de lentejas
Un chorizo, mejor ibérico.
Un bote pequeño de tomate triturado
Una cebolla
Una zanahoria
Una hoja de laurel
Una cucharadita de pimentón
Aceite, agua y sal

Preparación:

En una olla (mejor si es de barro), se añade un chorro de aceite de oliva, y se sofrie ligeramente la cebolla con la zanahoria. Después incorporamos las lentejas, que  habremos lavado a conciencia, que cubriremos con agua caliente. A continuación pondremos el resto de ingredientes (el chorizo troceado, el tomate triturado, la hoja de laurel, el pimentón, la sal…). A fuego medio lo dejaremos cocer hasta que las lentejas y la zanahoria estén blanditas (sin exagerar), aproximadamente unos 40 minutos.

Se recomienda comerlas de un dia para otro, ya que los sabores se asientan mejor. Se pueden hacer mas o menos caldosas, según los gustos y servirlas acompañadas de arroz blanco. Pan y un buen vino (a ser posible de Toro) son los mejores compañeros, y una buena siesta, la mejor consecuencia.

Hola! Soy Lorena, nací en Madrid en 1981 de padres uruguayos y abuelos inmigrantes, y ese ir y venir se debió de quedar en mis venas porque me encanta vivir fuera, enfrentarme a otras realidades y culturas y viajar, viajar mucho. También me gusta mucho comunicar, aprender y enseñar otras realidades y saltar barreras así como ayudar a otros , siendo el idioma una de las más altas pero también de las más fáciles de saltar.

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